Por: Caro Aragón, cervecera
Entre risas y música nos manteníamos animadas a lograrlo; decidir con qué estilo empezar, qué nombre ponerle a la marca y elegir el logo fue lo más complicado. Nos tomó meses decidirnos, pero en ese tiempo invertir en un negocio propio y en particular en un negocio de cerveza era complicado. Tuvimos que separarnos y yo me dediqué a otras cosas, pero nunca dejamos de probar cervezas nuevas y de estar cerca del mundo cervecero.
Años después nos volvimos a encontrar y gracias a ella retomé mi pasión, renuncié a mi trabajo godín. Mi vida cambió por completo y hoy no me veo haciendo otra cosa, todo mi día a día gira en torno a la cerveza, veo notas cerveceras todos los días en mis redes sociales, sale el tema en alguna plática, conozco a personas increíbles, salgo a tomarme una cervecita con las amigas, hago mi propia cerveza y me sigo capacitando para hacer mejores cervezas.
Aquello que se veía tan difícil y lejano hoy es una realidad para las dos, a pesar de que recorrimos diferentes caminos para llegar a cumplir nuestro sueño. Aún seguimos viéndonos para ir a tomarnos una cervecita y reír por horas.
Siempre elige lo que te haga sonreír.
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