Comencemos por definir ¿qué es cerveza? La cerveza es una bebida resultante de la fermentación de la malta, mediante levaduras, adicionada con lúpulo y que puede tener en su elaboración semillas, flores o frutas y que su porcentaje de alcohol puede ir desde 2% hasta 20% Alc. Vol., que pasa por diferentes procesos térmicos y físicos y que se puede elaborar de manera artesanal o industrial.
Suena poco común, ¿verdad? Así nos lo parece porque nos han dicho que la cerveza es clara, oscura o ámbar, pero no es así. Este fermento, está compuesto de 4 ingredientes básicos: agua, malta, lúpulo y levadura ¡Y con ellos se hace magia! Y esta magia da lugar a unas 150 posibilidades y eso se traduce en alrededor de 150 “variedades” o estilos de cerveza, cuyos colores pueden ir desde el amarillo claro casi blanco, pasando por los tonos rojizos y cafés, para terminar en el negro azabache; en las que puedes encontrar sabores a pan, moras, café, chocolate, miel, cuero, por mencionar algunos.
Los estilos de cerveza pertenecen a dos principales familias, la familia de las “Ale”, palabra escandinava que se utilizaba para llamar a la cerveza y que significa que es fermentada a “Altas temperaturas”, generalmente tienen más alcohol, más cuerpo y sobre todo, sabores frutales o florales presentes.
Y por otro lado están las “lagers”, palabra alemana que significa “almacén”, la mayoría de las cervezas que se producen en el mundo son estilo lager. Las primeras lager se elaboraron alrededor del año 1553 y se podían fabricar solamente del otoño a la primavera. Es una cerveza transparente, fresca, sencilla y con más carbonatación que las Ale. Estas cervezas se conservaban en cuevas frías durante los meses de verano para evitar su descomposición, estas condiciones con el tiempo dieron lugar a sus características específicas. Generalmente las cervezas lager suelen ser frescas, con aromas a malta o pan, de carbonatación media, ligeramente amargas y con un final seco en la boca, las hay en diferentes tonalidades e intensidades. Son más sencillas que las Ale, pero no por eso menos buenas. Es decir, más allá de pedir una cerveza por su color, lo conveniente sería pedirla por su estilo, pensando que cada estilo tiene propiedades que la hacen única y diferente. Siempre digo que no es que no te guste la cerveza, es tan sólo que no has encontrado tu cerveza ¡Salud!